número dos | próximamente | imágenes: vanessa agudo
El pasado invierno tuvo lugar una conversación con el colectivo cinematográfico Los Hijos, en la que discutimos su obra, sus influencias, su opinión sobre la producción cinematográfica, la escritura, la no ficción o el estado de salud del cine. De los dos largometrajes realizados hasta la fecha, Circo ha tenido que convivir con el éxito conseguido por Los materiales y la relativa incomprensión que puede causar una comparación entre ambos filmes. Sin embargo, lejos de constituir un paso en falso, significa una puesta en práctica, a otro nivel, de lo que está planteando Los materiales. Este circo pequeño, con sólo dos personas, se convierte en algo emblemático de su obra, puesto que el cine de Los Hijos vuelve a ser una traslación del arte con los despojos, a partir de lo que nadie utilizaría; una reflexión sobre el trabajo y sobre cómo hacer del espectáculo un trabajo. Porque la familia protagonista del filme transmite -quizá también la obra de Los Hijos- que lo complicado es ser honesto. En su jornada laboral, en la representación de sus números circenses, en su forma de enfocar la profesión, los protagonistas de Circo transmiten la humildad de hacer las cosas desde una posición en la que parece que lo arriesgado es hacerlas de una manera tan sencilla.
A continuación, os dejamos el fragmento de la conversación dedicado a Circo, como aperitivo de lo que será el texto íntegro, para pensar la reflexión sobre el trabajo que articula el filme en un día tan señalado como este.
El origen de Circo
Javier Fernández:
En Los materiales tuvimos un proceso de montaje más complicado, sobre todo con el uso de los subtítulos, avanzar hilos narrativos que no llevan a ninguna parte, cuestiones de ritmo, de tono, de actitud. Había un montón de dudas tanto estéticas como éticas, como de contenido y ritmo, que, de repente, en Circo no existían.
Luis López Carrasco:
Solemos referirnos a menudo a la idea de que el empleo de los subtítulos en el montaje de Los materiales nos otorgaba libertad para reescribir las líneas narrativas de la película de la manera que nos diera más o menos la gana, sobreimpresionando la información que queríamos sobre la imagen. No obstante, ese grado de libertad hizo que fuera verdaderamente complicado controlar todos los elementos para que no se desparramaran en direcciones totalmente imposibles. En cambio, enfrentarnos a un material tan tangible, tan humano o tan concreto como era el de Circo generó todo tipo de restricciones, como la que imponía la misma jornada laboral de estas personas en un primer momento. De alguna manera, esa super-restricción resultó más grata de cara a la posproducción que Los materiales, que estaba convirtiéndose en ese momento en un auténtico quebradero de cabeza en cada una de las versiones que teníamos.
Circo puede contemplarse como un respiro, una especie de búsqueda, de necesidad de restituir la figura humana. La película habla de la actividad artística como trabajo, de cuál es la ética de ese trabajo, y de cómo se ritualiza ese trabajo y se construye día a día.
Javier Fernández:
Una cosa que hay que comentar es que la película está realmente rodada en un día. Todo lo que sale al final es cierto. No les seguimos una semana; el material grabado está rodado en un día, lo cual nos molaba. En un día hacerte una película.
Un circo sencillo
Luis López Carrasco:
La decisión, en el número circense, de centrarnos en sus rostros, persigue mostrar no tanto en la calidad del espectáculo como del valor añadido o simbólico que ellos le puedan dar. Nos interesaba expresar todo el trabajo añadido que implica la realización de ese espectáculo. Los preparativos o el desmontaje de la carpa nos parecían tan valiosos como el espectáculo.
Natalia Marín:
Lo que nos interesaba era el trabajo. Además, como ha apuntado Luis en varias ocasiones, hay muy poco tiempo dedicado al espectáculo, puesto que se propone una correspondencia entre la película y su jornada de trabajo. En ese sentido, le dedican tres cuartas partes del día al montaje y desmontaje, y sólo un 10% al espectáculo en sí.
En ese punto hablamos mucho de La evasión, de Jacques Becker, sobre todo cuando están picando sin apenas descansar las paredes de la prisión. Lo encuentro fascinante. Y esa peli nos encanta precisamente por eso, por una decisión de dirección que es maravillosa, que consigue transmitir mucho. Por eso nos gusta mucho esa primera parte de construcción de la carpa.
Javier Fernández:
El hecho de filmarles las caras, filmarles de cerca en lo que es la actuación implicaba un acercamiento a lo humano. Les otorgamos voz, les dejamos que hablasen, una cosa que apenas tiene lugar en Los materiales. De alguna manera, también era grato usar este acercamiento para tener otro tipo de propuesta.
Luis López Carrasco:
Al no enseñar, durante el espectáculo, al público, se refuerza esta idea tan de microcosmos o de cápsula cerrada que es un poco como el núcleo familiar. Esta idea de mundo cerrado, de cápsula que habita en los bordes de lo marginal, también nos parecía interesante. La idea de no mostrar al público durante el espectáculo forma parte de su propia propuesta. Ellos intentan hacer el trabajo lo mejor posible independientemente de lo que el público vaya a valorar o pensar.